Palacio Salvo de Montevideo, símbolo arquitectónico y cultural
El Palacio Salvo de Montevideo es un símbolo arquitectónico y cultural que domina la Plaza Independencia, el corazón de la capital uruguaya. Inaugurado el 12 de octubre de 1928, este emblemático edificio fue diseñado por el arquitecto italiano Mario Palanti, quien también creó su “gemelo”, el Palacio Barolo en Buenos Aires. Con una altura de 105 metros y 29 plantas, fue en su momento el edificio más alto de América Latina y sigue siendo uno de los más altos y reconocibles de Montevideo.
Origen e historia del Palacio Salvo
El Palacio Salvo fue impulsado por los hermanos Ángel, José y Lorenzo Salvo, inmigrantes italianos que hicieron fortuna en Uruguay en diversos negocios, especialmente en la industria hotelera. Su idea original era construir un hotel de lujo con casino y faro en la cúpula, que funcionara como un faro simbólico visible desde el Río de la Plata. Sin embargo, el proyecto cambió y el edificio se destinó a oficinas y viviendas, función que mantiene hasta hoy.
El edificio fue levantado en el sitio donde se encontraba la Confitería La Giralda, un lugar histórico donde se interpretó por primera vez el famoso tango “La Cumparsita” de Gerardo Matos Rodríguez, lo que añade un valor cultural adicional al Palacio.
Arquitectura y diseño del Palacio Salvo
El Palacio Salvo es una obra maestra del eclecticismo con predominancia del estilo Art déco, que combina elementos renacentistas, góticos y neoclásicos. Su silueta es inconfundible, con una torre que se eleva majestuosa sobre la ciudad y una fachada rica en detalles ornamentales, esculturas, columnas y relieves que le otorgan un carácter imponente y majestuoso.
Originalmente, la cúpula del edificio estaba coronada por un faro con un espejo parabólico capaz de proyectar luz hasta 100 km, aunque esta luz fue retirada y reemplazada por una antena de televisión en 1968, que permaneció hasta 2012. Esta antena elevó la altura del edificio a 105 metros, consolidándolo como un hito urbano y tecnológico de su época.
El interior del Palacio también destaca por su elegancia, con un gran hall de entrada decorado con mármol y bronce, escaleras principales y paredes adornadas con mosaicos y frescos realizados por artistas italianos y uruguayos, reflejando la riqueza cultural que el edificio representa.
Uso y función del Palacio Salvo
El Palacio Salvo alberga 370 unidades habitacionales distribuidas en diez pisos completos y catorce pisos de torre, además de locales comerciales en la planta baja. A lo largo de su historia, ha albergado oficinas, viviendas y espacios culturales. En su subsuelo funcionó un teatro donde se presentaron artistas internacionales como Joséphine Baker y Jorge Negrete.
Aunque ha sufrido modificaciones y la retirada de algunos elementos ornamentales por motivos de seguridad, el edificio sigue siendo un espacio vivo y habitado, con una comunidad de aproximadamente mil residentes que mantienen su esencia y vigencia en el paisaje urbano de Montevideo.
Significado cultural y turístico del Palacio Salvo
El Palacio Salvo es más que un edificio; es un emblema de Montevideo que conecta historia, cultura y arquitectura. Desde 1996 es Monumento Histórico Nacional, reconocimiento que subraya su importancia para la identidad uruguaya.
Además, su ubicación estratégica en la Plaza Independencia, punto neurálgico de la ciudad y comienzo de la Avenida 18 de Julio, lo convierte en un referente turístico imprescindible. El edificio ha inspirado a artistas internacionales, como Damon Albarn de la banda Blur, y es protagonista de visitas guiadas que permiten descubrir su historia y arquitectura desde una perspectiva única.
Curiosidades del Palacio Salvo
El Palacio Salvo y el Palacio Barolo de Buenos Aires fueron concebidos como dos edificios “gemelos” que simbolizarían un puente de luz sobre el Río de la Plata, inspirado en “La Divina Comedia” de Dante Alighieri. Sin embargo, debido a un error de cálculo, los faros de ambos edificios nunca se alinearon. En su torre funcionó durante décadas un servicio de vigilancia del puerto, que operó hasta fines de los años 60, aprovechando la altura estratégica del edificio.
Antes de su construcción, en el lugar se encontraba la Confitería La Giralda, donde se tocó por primera vez “La Cumparsita”, uno de los tangos más famosos del mundo, lo que añade un valor cultural y sentimental al sitio.
Con casi un siglo de historia, el Palacio Salvo es un testimonio vivo del esplendor arquitectónico y cultural de Montevideo. Su imponente presencia, rica ornamentación y significado histórico lo convierten en un ícono imprescindible para entender la identidad de la ciudad y del país. Más allá de su función como edificio habitado y comercial, es un monumento que une pasado y presente, tradición y modernidad, en el corazón de Uruguay.